Está último. Quedó a 4 puntos de la Promoción y a 8 del descenso. El
fixture no ayuda. El plantel se diezmó por las ventas y se reforzó
poco. Hay muchos jóvenes y falta experiencia para lo que viene. El
gerenciador De Tomaso dice que respalda a Micó. Los hinchas, por ahora,
apoyan. Y no quieren pensar en lo peor.
A Racing sólo le queda jugar con el corazón para gambetear su destino.
Difícilmente encuentre otra receta con los ingredientes que Miguel
Angel Micó tiene a mano. Porque no hay luces, ni juego, ni calma.
Apenas goles de Facundo Sava, un arquero que ofrece garantías y un
grupo de jóvenes que intentan canalizar los nervios lógicos que genera
este presente. ¿Le alcanza? No. Entonces, los 80 tocan la puerta,
advierten sobre una película que nadie quiere ver, aunque su goleador
supo olfatearlo a fin de 2007. "Me voy a quedar en Racing para pelear
el descenso". La declaración sonó áspera en quienes simulan una vida
que no se vive. Sin embargo, el Clausura se presenta a contramano. Se
es lo que se es. ¿Qué tan serios son los riesgos de descenso?
Concretos, porque el equipo sigue en su letargo y la dependencia gana
espacio.
Una respuesta simple para enfrentar este momento no
tiene solución. Porque cuando se pudo armar un plantel a la altura de
semejante compromiso Blanquiceleste no hizo el esfuerzo ni supo tener
inventiva para pensar en mejores alianzas con empresarios. ¿Qué pudo
recuperar a Maxi Moralez? Sí, sobre la hora y en una maniobra como para
esconder el desmantelamiento de enero, cuando Martín Romagnoli,
Cristian Pellerano y José Salcedo se iban de Salta como en la casa de
Gran Hermano. Racing es un lugar de paso, casi como esos pueblos al
costado de la ruta para hacer noche en un hotel, dormir, y seguir
camino. Así, nadie se termina de conocer, de entender, de pensar en lo
mismo, de identificarse. Es siempre un día de escuela, el primer grado
de la primaria. Por eso, es esa juventud que será vieja en pocos meses
la que asume un papel que no le pertenece, aunque las tensiones
principales carguen en las espaldas de los pocos referentes. Entonces,
un penal de Diego Menghi ante Banfield o un error de Gabriel Mercado en
el gol de Newell's se debe tomar como una consecuencia. Son chicos que
aprenden jugando, que rinden finales sin ir al secundario.
¿Tiene
algo más en su plantel? De los 25 futbolistas -arqueros al margen- Micó
ya utilizó a 20. Le queda José Chatruc. Después, de los que puedan
estar en la consideración, los juveniles como Pablo Caballero y
Santiago Malano. Nada más. Para colmo, el calendario que le viene a
Racing es, quizás, lo que inquieta un poco más. Es local de San
Lorenzo, Estudiantes, San Martín de San Juan, Arsenal, Tigre,
Argentinos, Gimnasia La Plata y Huracán. Es visitante de River, Vélez,
Lanús, Central, Boca, Independiente y Colón en la última fecha. Aunque
a esta altura sea relativo, la sensación es que la carga afuera del
Cilindro es demasiada, porque tiene tres clásicos y dos rivales
directos en su objetivo. Para colmo, suma tres derrotas consecutivas en
esa condición y en casa conserva un falso invicto de tres empates
-entre otros con Olimpo y Gimnasia de Jujuy- y un triunfo por el
Apertura.
Si el equipo no asoma la nariz pronto: ¿Fernando De
Tomaso podrá sostener a Micó en el cargo? En estas horas, los grupos
empresarios (HAZ y los que están en las sombras) que aportaron dinero
para refuerzos están convencidos de que debe continuar. ¿El
gerenciador? Dice que también. Pero, en ambos casos, saben que se juega
con fuego y que marzo tiene partidos que definirán cuestiones. Porque
otro punto pasa por saber qué hacer si el ex interino deja el banco.
¿Quién viene? ¿Quién se anima? El nombre de Antonio Mohamed empieza a
dar vueltas, pero el Turco tiene decidido no aceptar. ¿Tiene algo que
perder el que se haga cargo? Son preguntas que vuelan sobre ese cielo
gris de Avellaneda. Mientras tanto, el campeonato se padece y Racing,
que poco tiempo atrás soñaba con ser campeón -de hecho Gustavo Costas
arribó con ese mensaje- ni siquiera piensa en ingresar a las copas. Se
está más atento de lo que pueda pasar en San Juan o en Bahía Blanca
-tal vez los participantes mentirosos de la disputa, porque suman
directo y pueden comprometerlo-, se está lejos de ser lo que supo ser.
A
esta altura se asume el estado crítico, esa situación que supo asustar
-en 2001 con Reinaldo Merlo, cuando con gol de Diego Milito igualó 1 a
1 con Colón en Santa Fe y zafó su estadía-, aunque sabe Racing que
queda un margen para acomodarse de una vez. ¿Si puede? Debe buscar un
camino que tenga corazón.